De Interés

"Eso es un tema": en el estudio con Henrique Lazo y Rafael Arráiz Lucca

Amigos desde hace muchos años, gracias a los buenos oficios de Arturo Uslar Pietri, ahora se reúnen todas las tardes en Onda La Superestación para conversar con todos y entre ellos en el programa "Esto es un tema"

Lazo Arráiz Lucca
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―¿Tú has visto alguna vez a un negro con ojos azules?

Así increpa Henrique Lazo a un periodista que visita el estudio, minutos antes de que comience “Eso es un tema”, el programa que conduce con el historiador Rafael Arráiz Lucca todos los días en Onda La Superestación.
El periodista, sorprendido por la pregunta, niega con la cabeza.

―Claro, no conoces a Marcelo Planchart, el mejor karateca de este país
Parece estar acostumbrado a hacer estas cosas. Sonriente, teclea en su celular. Y antes de que el periodista busque en su memoria el nombre de Marcelo Planchart, tiene al frente la pantalla del iPhone de Henrique Lazo.

―Aquí está: Marcelo Planchart, el mejor karateca de este país. Lo conocí, fui su alumno. Él es mi sensei, un maestro de las artes marciales en Venezuela.

Es la fotografía de un hombre de piel oscura con una sonrisa grande que deja al descubierto una hilera de perfectos dientes blancos.

Lazo le enseña la foto a Arráiz Lucca, que está sentado revisando el guion. Y el historiador, habituado a la personalidad de su compañero, sonríe y le comenta al visitante: “Esto es todos los días, Henrique es un personaje”.

*

Aunque distintos en su forma de vestir, actuar y hablar, basta conversar con ellos unos minutos para darse cuenta de que tienen más coincidencias que conflictos. Uno es un historiador que es aficionado al cine. El otro es un cineasta que ama la historia.

Lazo Arráiz Lucca

Arráiz lleva un pullover sobre una camisa blanca y un jean ancho; Lazo, una chaqueta de cuero y un jean negro ajustado.

Los bigotes puntiagudos de Arráiz le dan el estilo de un lord inglés. Lazo también tiene algo de inglés, pero no son bigotes sino unas teashades, los populares lentes que utilizaba John Lennon.

Pese a estas diferencias, los dos coinciden en algo: llevan cabellos blancos, prueba fehaciente de su edad y trayectoria. Los dos son hombres de mundo.

Se conocieron hace muchos años, cuando Arturo Uslar Pietri vivía y todavía grababa su programa “Valores Humanos”, del que Lazo era productor en RCTV. Un día, el autor de Las lanzas coloradas le comentó que debía conocer a Rafael Arráiz Lucca, quien entonces era un abogado recién graduado y novel poeta, al que le interesaba la historia y la literatura.

Lazo rememora el momento imitando la voz ronca de Uslar Pietri. Todos en el estudio se ríen. A Lazo le gusta eso: que reaccionen a sus comentarios elocuentes y a sus imitaciones de personajes.

—Esto es un show, no es un claustro universitario.

Dice, y minutos después cuenta una anécdota con Carlos Andrés Pérez e imita su acento gocho. Todos vuelven a reír. Él admite que esa es una forma de saber si hay conexión con los oyentes, porque no quiere hacer un programa aburrido o denso.

―Nosotros queríamos algo ameno, que la gente se divirtiera y pudiera trasladarse al estudio.

Lo respalda Arráiz Lucca, quien es la mente ordenada de la dupla. Él es un experto en eso: sus libros representan un esfuerzo por acercar la historia a la gente de manera entretenida.

Lazo ama la historia y cuando surge el tema, el periodista vuelve a ser víctima de la personalidad del locutor.

―¿Tú sabías que en el siglo XIX hubo un presidente de Honduras que era norteamericano? El tipo se llamaba William Walker y estaba obsesionado con el oro de California. Por la guerra civil americana no podía cruzar el país y la única vía posible era bajar hasta la Patagonia y darle la vuelta al cono sur, pero eso requería tiempo y dinero. Entonces se las ingenió: se enteró de que atravesando el río San Juan, en Honduras, podía llegar al Pacífico y subir hasta California.

―Claro, William Walker, su historia es fascinante ―interviene Arráiz.

―Sí y entonces el tip…

―Señor Henrique, vamos a comenzar ―lo interrumpe Federica, su productora. Ella, como la mayoría de las productoras radiales, es joven y aún asiste a la universidad. En medio de las risas, siempre trata de enseriar la producción.

Lazo Arráiz Lucca
(Fotos: Daniel Hernández)

Empieza la cortina inicial del programa, se encienden los micrófonos y cuando el ambiente parece que se tornará más serio, todo se mantiene exactamente igual. No hay transformación en sus personalidades. Ni cambio en sus actitudes. Tanto Rafael Arráiz Lucca como Henrique Lazo continúan siendo los mismos. Mientras el primero lee los créditos, el segundo hace muecas, bromeando, y poniéndose sus lentes que recuerdan a Lennon.

*

―Hoy es el Día Internacional del Humor, es el día de los grandes humoristas. Chaplin, por ejemplo ―dice Arráiz Lucca y arranca “Eso es un tema”, nombre que se debatió bastante cuando decidieron crearlo, según cuenta Lazo.

La idea se les ocurrió en “Contraplano”, el programa de televisión transmitido por IVC Networks, donde Lazo es ancla. Ahí, durante una entrevista con su viejo amigo historiador sobre la película “Argo”, dirigida y protagonizada por Ben Affleck, ambos se dieron cuenta de que sus pláticas fluían de manera tal que podían hacer muchísimos programas juntos. Decidieron hacerle una propuesta a Unión Radio y entonces nació el proyecto que se estrenó el 17 de enero de 2022.

Hablan de varios temas, algunos actuales, como la compra de Twitter por Elon Musk, y otros planificados con el equipo en el que también está Michelle De Sousa. Sin embargo, aunque existe un guion diario y temas establecidos, muchas cosas se deciden cuando los micrófonos ya están al aire. Esto hace fluir el diálogo de manera natural y transparente, y les permite conectarse de forma más cercana con la audiencia, a quienes saludan en varias ocasiones.

Mientras Arráiz lee publicidades y se preparan para el siguiente segmento, Lazo se divierte. El periodista que cada vez siente más confianza con ellos, le pregunta:

—¿Usted es el hermano de Mimi Lazo, no?

—No, al revés: Mimí Lazo es hermana mía.

—¿Hay diferencia en eso?

—Claro, porque yo soy el hermano mayor.

—Qué bueno eso —dice Arráiz entre risas.

—A mí, que tengo todo un trabajo hecho, toda una trayectoria hecha durante años, me conocen como el hermano de Mimí. Ahora soy el papá de Lasso, el tío de Cindy o, como me dijeron una vez, el primo de Franco De Vita. Las risas retumban, pero luego se impone el silencio.

“I want to break free”, de Queen, termina y empieza la segunda sección. Los chistes quedan atrás. Ahora sí, la seriedad se impone en el estudio.

—¿Cómo varía nuestra personalidad? De eso vamos a hablar hoy. Qué atino el de Federica, nuestra productora, al elegir a Freddie Mercury para introducir esta sección, pues todos vimos su cambio en esa película basada en su vida —dice Arráiz Lucca.

—Sabes que cuando yo tenía 30 años le escribí una carta a un tío mío y él, muchos años después, me la enseñó. Mira, la leí y nunca había sentido tanta vergüenza. Esa persona que escribió la carta ya no era yo. Me daba vergüenza saber que en un momento dado de mi vida había pensado así.

—¿Cómo?

—Tan dogmático, tan izquierdista, tan cuestionador. Esa carta reflejaba a una persona que criticaba cualquier cosa.

—Pero cambiaste y hoy eres muy diferente, afortunadamente.

—Sí, pero hay gente que nunca cambia.

—Es verdad. ¿De qué dependerá que haya gente que cambia y se transforma y otra que permanece en un núcleo tozudo y terco de la personalidad?

—Fondo y forma. De una buena motivación y de la naturaleza propia. Lo que hablamos siempre: entender que el otro siempre tiene algo de razón.

—Fíjate que nuestro común amigo, Arturo Uslar, cuando le pregunté en esa larga entrevista sobre su primer libro, Barrabás y otros relatos, él me dijo: “¿Qué te puedo decir? Es un libro que publica un muchacho de 23 años”.

—Yo le escuché decir eso mismo sobre Las lanzas coloradas.

—También. Él decía: “Yo no tengo nada que ver con la persona que escribió ese libro”. Y tú acabas de decir que no tienes nada que ver con el Henrique Lazo que le escribió esa carta a un tío cuando tenía 30 años…

—Y me pasó igual con Carlos Andrés Pérez en 1988. A él lo descargué en una reunión que tuvo con los cineastas. Le dije de todo y el tipo aguantó estoicamente el chaparrón. Años después, me lo encontré en otra reunión. Él estaba solito, y yo me le acerqué y le dije: “Presidente −porque a todo el que ha sido presidente uno le llama así−, ojalá no se acuerde de mí. En una reunión que usted tuvo con los cineastas yo me porté súper grosero y me arrepiento”. Él me dijo que no me preocupara. Tenía cero rencor y yo quedé fascinado. Yo ya no era ese hombre que lo descargó, yo cambio cada día…

—Es que la vida es un permanente cambio. Estamos cambiando toda la vida de acuerdo con nuestras experiencias.

—Y hay malas y buenas influencias.

—Y eso es un tema como de suerte. En la etapa de la adolescencia, por ejemplo, los compañeros influyen mucho. Uno emula a los padres cuando es un niño, pero en la adolescencia el patrón es el compañero de clase.

—Y la pareja también, es decir, el amor.

Lazo Arráiz Lucca

—Claro, el amor cambia a una persona. Yo me enamoré a los 12 años, estaba locamente enamorado y no me hacían caso, porque a esa edad las muchachas están pendiente de lo físico, porque vivimos una revolución hormonal. Y los que tienen mayores posibilidades son los deportistas, los tipos con buen cuerpo, y yo era inmensamente flaco y creo que tú también.

—Yo no era flaco, era delgado, aunque me decían “el flaco Lazo”. Sabes que, en esa época, en la banda estábamos discutiendo quién sabía besar y quien no, porque eso para nosotros era importante. Y una vez encontramos a uno de los miembros besando a una estatua en Mérida… ¡Estaba practicando!

—Estaba entrenando, estaba en el gimnasio de los besos.

—Sí, lo bueno de una estatua es que no se queja, pero es muy fría, sobre todo en Mérida, donde están al aire libre.

*

—¿Cómo definen los temas diarios? Porque no es solo uno.

—El programa dura dos horas. La primera hora no es sobre el tema del programa, sino que los lunes, por ejemplo, es con Enrique Larrañaga sobre ciudad y arquitectura. Los miércoles es gastronomía con distintas personas, pero con Morella Atencio cada quince días. Y los viernes era con Luigi Sciamanna, pero como se fue a Italia ahora está Xariell Sarabia y hablamos sobre música popular. Martes y jueves son entrevistas variadas —dice Lazo.

—¿Y la segunda hora?

Arráiz Lucca responde:

—La segunda hora sí es sobre el tema. Lo elegimos entre todos, tanto Federica, como Michelle, Henrique o yo a través de un grupo de Whatsapp.

—¿Cómo hacen si no manejan un tema? ¿Dejan fluir la conversación?

—Se trata un poco de eso —sigue Arráiz Lucca—. Igual, nuestra productora hace una investigación y, al llegar aquí, tenemos 15 páginas de guion.

—Sí —interrumpe Lazo—, nosotros, desde la noche previa, ya sabemos de qué vamos a hablar al día siguiente, investigamos y vemos de qué está hablando la gente en las redes, porque empezamos con una noticia del día.

La productora hace señas de que está por terminar la canción y es hora de regresar al aire. De nuevo, como un péndulo, la conversación entre ambos fluye de un lugar a otro, en un mar de chistes, opiniones y análisis. Se trata de una dupla equilibrada, armónica. Lo que a uno le falta, el otro lo tiene.

Rafael Arráiz Lucca y Henrique Lazo presentan “Eso es un tema” −aunque en realidad no es uno solo sino varios− de lunes a viernes desde las 3 hasta las 5 de la tarde a través de la señal de Onda La Superestación, 107.9 FM.

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