Empresas y Negocios

Coca Cola, Pepsi, McDonald's y Starbucks ceden a la presión pública y dejan Rusia

Una fuerte campañas en medios y redes sociales hizo ceder a grandes corporaciones de la industria de alimentos y las lleva a salir temporalmente de Rusia, para evitar exponerse a daños reputacionales. En la medida en que se hacen patentes las atrocidades de los militares de Putin en Ucrania se hace más difícil para empresas occidentales permanecer en ese gran mercado.

Rusia se queda sin Pepsi, Coca Cola y McDonald s
Publicidad

Coca Cola, McDonald’s, y Starbucks, entre otras grandes empresas estadounidenses criticadas por tardar en cortar los puentes con Rusia tras la invasión a Ucrania, finalmente cedieron a la presión pública y suspendieron sus actividades en ese país. Más tarde PepsiCo anunció también su salida parcial del mercado ruso.

Desde hace días, tanto PepsiCo, como Coca Cola y McDonald’s, eran objeto de una campaña de boicoteo en las redes sociales.

McDonald’s anunció el martes su decisión de cerrar temporalmente sus 850 restaurantes en Rusia y suspender todas las operaciones en el país.

«La situación es extraordinariamente difícil para una marca mundial como la nuestra y hay muchas consideraciones a tener en cuenta», subrayó el director general Chris Kempczinski.

Sí pero no

El grupo seguirá pagando a sus 62.000 empleados en el país, así como a sus múltiples proveedores. Rusia representa el 9% de la facturación de McDonald’s.

«Al mismo tiempo, respetar nuestros valores significa que no podemos ignorar el sufrimiento humano inútil que tiene lugar en Ucrania», agrega.

En esta foto de archivo, de 2005, músicos con trajes tradicionales rusos actúan frente al ocupado restaurante McDonald’s en la plaza Pushkin, de Moscú, para celebrar entonces el 15to aniversario de la apertura del primer restaurante de la franquicia en Rusia. Foto AFP.

Gigantes del refresco

Coca Cola anunció, por su parte, la suspensión de sus operaciones en Rusia. «Seguiremos vigilando y evaluando la situación a medida que evoluciona», subraya en un comunicado el grupo, que no ofrece detalles sobre sus actividades exactas en Rusia.

Starbucks también anunció el cierre temporal de sus 130 cafés en Rusia, que pertenecen a un conglomerado kuwaití.

El grupo kuwaití que posee la licencia para operar en el país, «aceptó suspender inmediatamente las operaciones en las tiendas y ofrecerá apoyo a cerca de 2.000 empleados que dependen de Starbucks para vivir», dijo el director general de la cadena, Kevin Johnson, en un mensaje.

Pocas horas después se sumó Pepsi Cola al boicot contra Rusia.

El patrón de PepsiCo, Ramón Laguarta, recordó por su parte en un mensaje que su empresa está presente en Rusia desde hace 60 años.

Pero «teniendo en cuenta los acontecimientos horribles ocurridos en Ucrania, anunciamos la suspensión de la venta de Pepsi-Cola y de nuestras marcas mundiales de bebidas en Rusia, en particular 7Up y Mirinda», indicó.

El grupo también va a suspender sus inversiones en el país así como todas las campañas publicitarias.

En lo que respecta a la alimentación, Pepsico estima tener la «responsabilidad de seguir ofreciendo» sus productos en el país, como los lácteos y la leche en polvo para bebés.

«Al proseguir nuestras actividades, seguimos también apoyando los medios de subsistencia de nuestros 20.000 colaboradores rusos y de 40.000 trabajadores agrícolas rusos de nuestra cadena de suministro», subrayó Laguarta.

Una cascada occidental

En total, más de 280 grandes empresas con una presencia importante en Rusia han anunciado su retirada, según un inventario actualizado de la Universidad de Yale. Una treintena de multinacionales sigue en el país.

El promotor de este listado, el profesor de gestión Jeffrey Sonnenfeld, subraya el papel que jugó en el caída del régimen racista del Apartheid la salida de 200 grandes grupos en Sudáfrica en la década de 1980.

El responsable de los fondos de pensiones de Nueva York, Thomas DiNapoli, quien pidió la semana pasada a los directivos de diez grandes empresas todavía presentes en Rusia que se preguntaran si el riesgo valía la pena, se felicitó el martes por los nuevos anuncios.

Otras grandes empresas como PepsiCo, Mondelez y Coty, por el momento permanecen en silencio.

Además de Starbucks, otras cadenas estadounidense como KFC y Pizza Hut son casi todas de propiedad independiente y se explotan bajo licencia o franquicia.

Clientes frente al mostrador de una tienda Kentucky Fried Chicken (KFC) en el Centro Comercial Evroreisky (Europeo), de Moscú, este 7 de marzo. Foto:AFP

Cuestión de ética

Yum! Brands, la casa matriz de KFC y Pizza Hut, había anunciado el lunes la suspensión de todas sus inversiones en Rusia y se comprometió a entregar todos los beneficios de sus actividades en el país a operaciones humanitarias.

Algunos grupos pueden tener razones legítimas para quedarse, explicaron varios expertos en ética y estrategia de la comunicación, consultados por AFP, que citan sobre todo la seguridad de los empleados.

Algunas empresas pueden dudar, pues piensan que pueden desempeñar un rol de intermediario entre las partes o porque elaboran productos esenciales como ingredientes farmacéuticos, dice Tim Fort, profesor de ética empresarial en la Universidad de Indiana.

No obstante, agregó, «es sin duda un buen momento para escoger un bando y no parece que sea un momento muy difícil para hacerlo», en vista de los señalamientos de violaciones de derechos humanos cometidas por Rusia.

Preguntarse qué ocurre de verdad

La decisión de una sola empresa «no va a inclinar la balanza, pero hay un efecto acumulativo», consideró Fort.

Y una compañía tan conocida como McDonald’s puede tener una influencia real en Rusia, en momentos en que el discurso oficial minimiza la magnitud del conflicto y la población tiene poco acceso a la información fuera de la oficial.

«Los rusos podrán sobrevivir sin Big Mac, pero se preguntarán por qué McDonald’s cierra, se preguntarán qué pasa de verdad», sopesó el experto.

Para Richard Painter, profesor de la Universidad de Minnesota, las empresas deben pensar en hacer hincapié en el mensaje de que «Rusia no puede iniciar una guerra en Ucrania y seguir participando en la economía mundial».

Con las drásticas sanciones económicas impuestas con un amplio consenso de los gobiernos occidentales, «es la mejor forma de tratar con Rusia», asegura.

Para Mark Hass, especialista en comunicación de la Universidad Estatal de Arizona, los intereses económicos de las empresas que hasta ahora han optado por no salir de Rusia «probablemente sigan superando los riesgos de reputación».

Pero «si las redes sociales empiezan a identificarte como la empresa dispuesta a hacer negocios con un agresor autocrático que está matando a miles de personas en Ucrania, entonces el problema toma otro cariz y puede afectar a tu negocio mucho más allá de Rusia», aseguró Hass.

Publicidad
Publicidad