Cultura

El Festival Juvenil de Artes Escénicas Breves sigue apoyando al talento emergente

Teatro, literatura, fotografía y cine son las categorías a participar en el Festival Juvenil de Artes Escénicas Breves, dirigido a jóvenes de entre 12 a 26 años, una iniciativa que nació para abrir la oportunidad a noveles creadores y artistas y que arriba a su sexta edición

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Muchos jóvenes sueñan con hacerse de un nombre en el medio artístico que les apasiona. Sin embargo, resulta difícil sobresalir en este estilo de vida, y más cuando no se cuenta con las herramientas y el apoyo necesario. Para ello surge el Festival Juvenil de Artes Escénicas Breves (JAEB), con el objetivo de brindarle a nuevos grupos y creadores independientes la oportunidad de presentarse en espacios virtuales, con los retos artísticos y técnicos que implican formar parte de un festival.

Todo comenzó en 2015, cuando dos estudiantes de quince años tuvieron la idea de crear un evento destinado a conectar a jóvenes talentos con personas que pudieran representarlos. Esleiker González y Marcela Jabes, los creadores de este festival, son acompañados por Sandra Mata en la Coordinación de Formación, Marta Fragozo en la Coordinación de Producción, Andry Padilla en la Coordinación de Comunicaciones y Daivelis Briceño en la Asistencia Operativa.

Quienes deseen presentar sus proyectos, pueden hacerlo en la sexta edición de esta competencia. Este año se realizará de manera online, y presentará cuatro categorías para competir: teatro, literatura, fotografía y cine. Todos los aspirantes podrán inscribir sus proyectos a través del sitio web hasta el 22 de julio. “Algunos nos presentan un borrador, pero no es necesario”, explica Marcela Jabes. “Lo importante es que tengan la disposición y las ganas de participar”, refuerza Esleiker González.

Los participantes, tanto nacionales como internacionales, se dividen en dos grupos por edades: de doce a diecisiete, y de dieciocho a veintiséis. “De esta forma es más justa la competencia, porque es de esperar que los aspirantes mayores tengan más experiencia que los pequeños”, refiere González. Antes de la presentación, los competidores recibirán un ciclo de talleres vía Zoom, en las categorías que hayan elegido participar, para formarse y desarrollar el material que vayan a exhibir. Todo el proceso es gratuito y la muestra comienza en septiembre.

-¿Qué es el arte, para cada uno de ustedes?

-Esleiker: Esa es una pregunta bastante amplia. Apegándome a todo este tiempo que llevo produciendo el festival, y haciendo teatro en la medida de lo posible, creo que el arte para mí es una ventana donde puedes, de alguna manera, conectar. Considero que a veces es necesario deconstruir para construir, y esa ventana la puedes abrir para analizarte a ti mismo, salir y dar lo mejor de ti.

-Marcela: El arte es ver, en la vida, en las cosas, variedad de ángulos y formas. Mirar más allá de lo que es. Buscarle a una pared blanca, las mil y un interpretaciones. Cada uno, además, le imprime su propio toque. Eso es lo divertido también de esta carrera, de crear arte y de hacer este festival para que todos podamos entrar en esa sintonía y comprender las mil quinientas maneras en que se puede apreciar una misma cosa.

-¿Cómo surgió la idea de crear el Festival Juvenil de Artes Escénicas Breves?

-Esleiker: Marcela y yo hemos estado involucrados desde muy pequeños en el teatro. Ambos nos formamos en la Escuela de Teatro Musical de Petare. En el 2015 tuvimos la oportunidad de representar a la escuela en un festival reconocido aquí en Caracas. Nos sorprendimos cuando vimos que había chamos que cumplían con todos los requisitos para participar, pero no los dejaron quizás porque no estaban siendo representados por instituciones establecidas o conocidas. Nosotros, en cambio, sí contábamos con ese apoyo, pero no con el rango de edad.

De allí comenzó a surgir la idea. Y estos chicos a los que no dejaron participar se sumaron a nosotros en la producción de este proyecto. Fue muy bonito, porque son jóvenes con ganas, sueños, metas, que llegan y les dicen que no. Entonces Marcela y yo pensamos: ¿qué pasa si nosotros creamos un espacio para que ellos sean los protagonistas, muestren su talento y se conecten con quienes pueden impulsarlos? Y de eso se trata.

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Una de las particularidades de este festival, que consideramos desde el principio, era la capacidad de síntesis de los participantes. Que el reto sea montarse, presentarse y desmontarse en tan solo treinta minutos. Esa es la característica que además nos diferencia como festival. Es el Festival Juvenil de Artes Escénicas, pero Breves.

-¿Cómo hicieron de esta idea una realidad?

-Esleiker: En ese momento, todo fue como un invento. Marcela y yo teníamos quince años. Me acuerdo que hicimos la propuesta a Lugar Común, la librería, y en ese momento del proyecto solo teníamos la estructura básica que era: inicio, desarrollo y fin. Ellos debieron ver las ganas que teníamos, porque de los tres planes de financiamiento que presentamos, nos dieron el un con los recursos para que hiciéramos el festival. También nos apoyamos en la Escuela de Teatro Musical de Petare y en el Teatro César Rengifo de Petare.

Luego, literalmente nos lanzamos al festival con las herramientas que a lo mejor no sabíamos cómo manejar desde el principio, pero que fuimos aprendiendo en el camino. Quiero decir, ya allí no estábamos como actores, sino como productores. Era como ver la otra cara de la moneda. Para ello fue indispensable el apoyo de la Escuela y del Teatro, porque nos ayudaron a corregir, a aprender y a mejorar.

Así fuimos creando evento tras evento, hasta llegar a esta sexta edición. Creo que hemos logrado mantener la esencia, el formato de la competencia y esa noche de encuentro, que para mí es tan especial. No hemos tenido un festival que sea el mismo del año pasado; siempre hay algo diferente. Está en constante crecimiento, y eso nos trae mucha paz.

Marcela Jabes. Coordinadora General del Festival Juvenil de Artes Escénicas Breve (JAEB)

-¿Por qué se refieren a este Festival como un proyecto social?

-Esleiker: Desde el principio fue un festival dirigido a la comunidad. Después de la primera edición, quisimos seguir haciéndolo porque la receptividad había sido increíble.

Para la segunda edición no solo se presentaron chicos de Petare, sino de Guatire y la Pastora, chamos de otras zonas de Caracas que no imaginamos que la convocatoria había captado. Ver como esos jóvenes preparaban sus producciones, y luego se trasladaban de un extremo a otro de Caracas, nos dice mucho. Hay gente que necesita un espacio para presentarse y nosotros se los brindamos. En la tercera edición, también se sumaron participantes del interior.

Fue entonces cuando nos dimos cuenta de que teníamos un vínculo con la labor social. Este no era un festival de arte netamente, sino un emprendimiento social que abre espacios y brinda oportunidades a jóvenes que, de una manera u otra, no consideran esta una posibilidad de desarrollo futuro. Entonces el festival, digamos, es más un proyecto cultural con impacto social, y así hemos decidido llevarlo.

-¿Cómo se sumaron otras categorías a un festival que empezó siendo de teatro?

-Marcela: Cuando empezamos a hacer el festival online el año pasado, debido a la pandemia, una de nuestras principales preocupaciones fue que, al ser teatro, iba a ser más complicado. Así que decidimos ampliar el espectro a otras categorías, como el cine, la literatura y la fotografía. Por supuesto, primero nos asesoramos con profesionales de esas artes.

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-¿Han notado alguna diferencia entre los competidores venezolanos y los internacionales?

-Esleiker: Yo diría que no. Y es que más allá del factor competitivo del festival, también hay un tema formativo. Todos nuestros participantes reciben una educación bajo la misma visión y las mismas líneas generales de hacer las cosas bien. Entonces al final, reconocer si vienen de Venezuela u otro país, es difícil.

El año pasado, por ejemplo, tuvimos participantes de España, República Dominicana, Chile y Colombia. No se notó si usaron mejores herramientas porque estuvieran en otros sitios. Lo importante es que se aprecie el esfuerzo, que cada uno dé lo mejor de sí mismo. Ese es el objetivo de este festival, generar un espacio para encontrarse e intercambiar culturas.

-¿Cómo juzgan los proyectos de los participantes?

-Marcela: Cada año tenemos un grupo de jurados, conformado por profesionales de cada categoría. Ellos se ponen de acuerdo. Nosotros, la organización del festival, no participamos de la elección de los ganadores.

Sí es importante saber que tenemos en cuenta las edades de los chamos, así como las ganas que tienen por competir y eso se ve reflejado en sus respectivos proyectos. Es decir, no solo tomamos en cuenta si el producto es bueno o malo. Pero la decisión final siempre se la dejamos al jurado, que es diferente cada año.

Esleiker González. Director del Festival Juvenil de Artes Escénicas Bree (JAEB)

-¿Cómo ha influenciado la pandemia en el festival?

-Marcela: Por un lado,  la demanda del año pasado fue superior a la que esperábamos tener. Participaron 167 jóvenes en total.

-Esleiker: Sí. El año pasado lo hicimos vía online y este año decidimos volver a apostar por esta modalidad. Creo que luego de que la pandemia se acabe tendremos el reto de ver cómo lo mantenemos: si va a ser híbrido, o no. Creo que por ahora este tema online nos ha funcionado de maravilla, y a la vez nos ha presentado el desafío de ver cómo llevamos las piezas de teatro al mundo virtual.

La gente a lo mejor se cansa un poco de observar todo por Zoom. Por eso, siempre tratamos de ser puntuales y adaptarnos a la tecnología. Nos gusta interactuar con la audiencia y conocer su opinión. De hecho, por ese aspecto tenemos un premio especial del público justamente para que se dé ese intercambio, que para nosotros es fundamental. Este año también tendremos una programación de obras de gran calidad para que participantes y espectadores puedan disfrutar.

-¿Por qué insisten tanto en la formación dentro de este festival?

-Esleiker: A nosotros nos encanta ceder nuestros espacios, y desde ellos formar; que sirvan como una plataforma para impulsar a muchos talentos que no cuentan con los lugares para mostrarse. Fomentamos también que la educación es la herramienta para tener una sociedad eficaz. No hay en Venezuela espacios para formarse profesionalmente en áreas artísticas, y los que existen son muy caros, inaccesibles. Identificamos una demanda bastante grande, que era necesaria abordar. Además, estamos en un país donde el arte no es considerado por muchos como una prioridad. Y por ese lado, creo que este festival salva vidas, pues les demuestra a los muchachos que el arte realmente es una posibilidad a futuro. Puedes llegar a vivir de aquello que te apasiona, si lo estudias con disciplina y lo ejerces en los lugares adecuados.

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