Salud

Venezuela: hervidero de VPH

Pese a que los Anuarios de Mortalidad publicados por el Ministerio del Poder Popular para Salud la no están actualizados, el Virus de Papiloma Humano (VPH) es considerado el principal conductor al cáncer de cuello uterino, la segunda causa de muerte femenina del país. Una enfermedad que, sin vacunas aprobadas en Venezuela, afecta tanto a jóvenes como adultos

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Según cifras del Ministerio del Poder Popular para Salud (MPPS), en su último Anuario de Mortalidad publicado oficialmente en 2012, hubo un total de 148.058 defunciones y una tasa de mortalidad general de 5,04 por 1.000 habitantes a nivel nacional. De las muertes registradas ese mismo año, 61,47% —91.017— corresponden a hombres y el restante 38,53% —57.041— a mujeres, ambos grupos abarcan todas las edades.

El documento destaca un listado de 25 causas de muertes más relevantes, encabezado por las enfermedades del corazón, que representan un 20,58% —30.467. La segunda posición se atribuye al cáncer con un 15,41% —22.815.

De lo macro a lo micro, y para detallar con mayor claridad las estadísticas, se resalta el hecho de que entre el total de hombres, 2.541 perdieron la vida a causa de tumores malignos en los órganos genitales. Por otro lado, entre las mujeres brinca un número importante: 2.393 fallecieron por la misma razón.
De acuerdo al médico epidemiólogo Alejandro Rísquez, además director del centro de vacunación VACUVEN, dichas cifras son consecuencia de infecciones previas de VPH.

La invasión de VPH

El virus de papiloma humano agrupa a 150 cepas relacionadas. Se determinan con números. Ciertos tipos —entre ellos 6 y 11— son capaces de causar verrugas o papilomas en la zona genital. Otros de ellos pueden llegar a ser letales. Además de generar verrugas, los grupos 16 y 18 pueden ocasionar displasia —cambios celulares relevantes— hasta ocasionar cáncer de cuello uterino. A estos dos se les refiere el 80% de dichos casos. También puede no ser cancerígeno. Los cadillos, por ejemplo, son un tipo simple. Pueden eliminarse mediante tratamientos con ácido.

El contagio es bastante sencillo y puede generarse por distintas vías:

1. Genital-genital: relaciones sexuales incluyendo el sexo anal.
2. Manual-genital: masturbación. Se debe agregar que esta acción si es considerada una actividad sexual para las autoridades médicas.
3. Genital-oral.

El virus logra penetrar al organismo mediante roturas de la piel, resequedad e incluso gracias a una mala lubricación antes o durante el coito. Aunque la mayor vía de infección es por medio de mucosas, no se descarta la probabilidad de contraerlo por roce —aunque no se considera algo habitual. También por rutas no sexuales: ropa interior prestada entre madres, hermanas, amigas, entre otras.

Uno de los mitos sobre esta enfermedad recae en las diferencias sintomáticas entre hombre y mujer. En ambos pueden presentarse molestias, picazón y abultamiento o ser asintomáticos. Es decir, el virus es capaz suprimir o evitar que las respuestas defensoras del organismo.

Positivo

Una prueba de sangre no puede detectar este tipo de virus con facilidad, por no decir que es prácticamente imposible, debido a que no manifiesta niveles bajos de expresión de antígenos. A partir de una inspección clínica, se recurre a los siguientes estudios:

La Citología o Test de Papanicolau recoge muestras de células del cuello del útero o cérvix y del canal cervical para luego ser enviadas a un laboratorio. Si la muestra resulta anormal, puede indicar la presencia de irritación, infección o incluso cáncer del cuello uterino.

Método de la Colposcopia por medio de un microscopio que permite visualizar con facilidad las distintas lesiones, tanto benignas como malignas, en la zona genital. Este procedimiento incrementa la exactitud y seguridad de la Citología o la toma de biopsias ante la presencia de lesiones sospechosas.

De existir verrugas se debe recurrir el médico para establecer un tratamiento indicado. Entre ellos se encuentra la Criocirugía, Laser, Ácidos, el Asa Diatérmica, entre otros. Lo ideal sería vacunar en la infancia. Actualmente, existen dos opciones: Cervarix —que protege directamente a los tipos 16 y 18— o Gardasil —además de tener efecto sobre los dos tipos anteriores, también se encarga de proteger contra los tipos 6 y 11. Esta vacuna posee un 80% de efectividad sobre ellos. Lamentablemente, el gobierno venezolano, por razones “desconocidas”, no ha decidido ingresar esta solución a su arsenal inmunológico.

“El tema sobre las vacunas contra VPH no se toca. Se especula. Laboratorios a nivel mundial tienen estas vacunas introducidas en el mercado desde hace años, pero, al parecer, aquí tenemos un funcionamiento político raro”, afirma el doctor Rísquez.

La vacuna: el misterio del Ministerio

El reporte Eficacia y seguridad de la vacuna contra el virus de papiloma humano para la prevención del cáncer de cuello uterino: revisión sistemática y metaanálisis —2012, Argentina— conlleva a la reflexión y pone en duda las medidas tomadas por las autoridades criollas para disminuir los números de contagio.

En 2006, ambas medicinas, Cervarix y Gardasil, ingresaron al mercado internacional y nacional con la idea de ser utilizadas en pacientes femeninas a partir de los 9 años de edad. Desde entonces, más de 170 millones de dosis se han aplicado en todo el mundo, incluyendo a América. “El 80% de las niñas adolescentes de la región —Argentina, Canadá, Colombia, Estados Unidos, México, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay y ahora Brasil— recibieron vacuna contra el VPH por medio de los programas públicos de inmunización de los países respectivos”, suscribe EFE.

Por otro lado, aunque sus resultados han surtido efecto en buena parte del mundo, un estudio realizado por el Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria en Buenos Aires reveló que no existen pruebas de su eficacia a lo largo de los años. “Las vacunas disponibles han demostrado ser seguras para la prevención de lesiones en el cuello uterino, vulva y vagina asociadas a los serotipos 16 y 18 de VPH y conferir protección cruzada contra los serotipos 31, 33, 45, 52 y 58 no incluidos en la vacuna. Sin embargo, su eficacia a largo plazo para prevenir el cáncer de cuello uterino no ha sido completamente probada”.

José Levy, médico pediatra del Centro Médico Docente La Trinidad, asegura: “las autoridades médicas del país requerían estudios epidemiológicos para demostrar que los genotipos, incluidos en las vacunas, eran precisamente los que enfermaban a la población venezolana”. Luego de diversos estudios en Venezuela y la región, se confirmaron las cepas existentes. “Sin embargo, no se han tomado decisiones al respecto. El tema se ha dilatado como en Haití y Guyana”.

“La vacuna del VPH debería ser administrada gratuitamente en la infancia, lo que representa un gran gasto para Venezuela. Son muy caras”, expresó Levy.

Los elevados costos, sumado a diversas expensas de otras vacunas, han generado un retraso en la introducción de las dosis contra VPH en el país. En 2005 se añadió la vacuna del Rotavirus Gastrointestinal y en 2014 Neumococo para los niños, lo que representa una gran cantidad de dinero para el Estado.
Para el Manuel Figuera, médico infectólogo de la Clínica La Floresta, la culpa recae principalmente en el Ministerio de Salud.

“Existe un montón de documentaciones entre entes farmacéuticos e investigaciones que al final siembran trabas y retrasan el proceso de introducción de esta medicina”, discurre aséptico. “Hay pediatras que encuentran vacunas por su cuenta para proteger a sus pacientes. Los niños, niñas y adolescentes son las principales víctimas… Es ilegal, ¿pero hasta qué punto? El gobierno no da las certificaciones necesarias y el cáncer de cuello uterino sigue manteniéndose entre las dos primeras causas de muertes en mujeres en el país”, hace la autopsia del problema.

“La constitución establece que el Estado debe garantizar el bienestar del pueblo. Lamentablemente, eso no pasa. El ciudadano común busca la salud por su cuenta. Esto es una irresponsabilidad”, expresó con preocupación Figuera.

El mercado negro de vacunas

La página web de compra y venta MercadoLibre.com, al parecer, permite a terceros ofertar estas medicinas a precios sumamente elevados. La página expresa en una de las publicaciones que no se hace responsable ni posee control sobre el producto en venta. En definitiva, se permite una venta ilegal.

Luego de ciertas búsquedas en el site, Clímax logró ubicar a dos vendedores. Luego de varios intentos para contactarlos, no se tuvo respuesta alguna. “Esto me parece un acto completamente irrespetuoso. No se garantiza la cadena de frío necesaria para la conservación meticulosa de temperatura en la que deben estar protegidas las vacunas para que sus efectos sean garantizados, además que se aparta el apoyo de los profesionales en su aplicación”, expresó José Levy.

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