Moda

Titina Penzini, rescatando al país a través de la moda

De look elegante siempre, Titina Penzini habla desde la fría Nueva York, donde inició su carrera y ahora su hija afronta el futuro. Norteamérica le abre las puertas a la diseñadora, lifestyle influencer, presentadora de radio y organizadora de los salones 100% Chic en Venezuela, quien exportará la iniciativa en Miami luego de hacerse indispensable en su tierra natal

Fotografía: Conrado Veliz
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Ana Cristina Penzini o “Titina” –como se le conoce– recuerda episodios de su infancia en la que fue muy consentida por sus abuelos: “sobretodo por mi abuelo Leopoldo López y mi abuela Miyiyita, la mamá de mi mamá que era lo máximo”. Ella también recuerda ser una niña con un mundo interior bastante rico, gracias a todas las actividades artísticas y creativas a las que dedicaba las horas de su niñez. Recorrer las fotos de infancia de la pequeña Titina es darse cuenta que ella nació para ser glamorosa: zarcillos, maquillaje y atuendos poco sencillos eran el común denominador.

cita6Una herencia, quizá, de su abuela y sus tías, todas mujeres muy coquetas. “Recuerdo muy claramente cuando iba con mi mamá a casa de Pepita, la costurera. Me extasiaba ver el proceso de creación. Le rogaba que me llevara con ella”. Y así, entre cortes de telas, vestidos y retazos, Titina desarrolló su más cándido sentido de la moda, que se manifestó a través de vestidos miniaturas con los que engalanaba sus muñecas.

Una carrera que empezó en NY

Titina Penzini creció y estudió en dos de los más prestigiosos colegios de monjas caraqueños, el Mater Salvatoris y la Academia Mérici, pero pasó los últimos años escolares en un internado en Suiza. “Después de terminar el colegio me metí en unas clases de diseño para preparar el portafolio con el que me fui a Parsons. Allí estudié y me gradué de diseñadora de modas con una mención en accesorios y diseño de joyas”, detalla.

cita5Su talento la llevó a glamorosas oficinas. “Me hice muy amiga de Roy Halston –conocido como la primera superestrella internacional de la moda– y de su pareja, Víctor Hugo. Ellos me dieron trabajo como organizadora de los archivos de Halston, quien estaba ya muy enfermo, a punto de morir. También me consiguieron un puesto como dibujante para Valentino Íntimo y en Óscar de La Renta Bridal”. Nada mal para comenzar una carrera con el pie derecho.

En Venezuela hizo exploraciones, escudriñó la escena local y, admite, quedó gratamente sorprendida. Entonces comenzó a darle impulso, sin buscarlo, a la actividad incipiente, hace una década, de nuevos diseñadores. “Yo estaba trabajando en la radio y justo  estaba comenzando una movida muy interesante. Recuerdo a Daniela Panaro de No pise la grama”.

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La mujer más glamorosa del país había dado justo en el clavo en el momento preciso. Para aquel entonces los venezolanos endiosaban las marcas importadas y no consumían con misma fruición lo que se hacía en estas tierras, parte de la embriaguez del tipo de cambio barato. Una sociedad que desconfiaba de la calidad, de las tendencias al cruzar la esquina, no se daba cuenta de que los diamantes en bruto compartían nacionalidad. ciita4“Yo me enfoqué en el diseño de acá, porque mi sueño siempre ha sido que nosotros lleguemos a tener una plataforma como la que tiene Colombia a través de Colombiamoda. Sé que en este momento del país lograr eso es bastante complicado, pero se ha logrado mucho, con la cantidad de oferta y de diseñadores de ropa, de carteras, de zapatos, de trajes de baño. En Venezuela hay maravillas con calidad de exportación. Tenemos la gente, ahora nos falta el país y las situaciones que beneficien a este talento”, se emociona.

La historia del buen gusto

Para explicar por qué la creatividad y el gusto están en el ADN nacional, Titina indaga la historia. “El venezolano siempre ha estado rodeado de eso, en todas las épocas, desde que estábamos en Cubagua y éramos un país exportador de perlas. A esa islita llegaban barcos de todas partes del mundo y traían las mejores telas, de España, de Portugal, de Francia, de Inglaterra, de Holanda. El venezolano siempre estuvo expuesto al lujo. En tiempos de Marcos Pérez Jiménez se abrió una tienda Christian Dior en la avenida Francisco de Miranda. En los años 60, Alpha Boutique trajo a Emilio Pucci, y también abrieron una tienda Yves Saint Laurent Rive Gauche en el Centro Comercial Chacaito. Esa exposición a las grandes marcas, a las tendencias, que además fue tan normal y cotidiana, hizo que muchos diseñadores locales desarrollaran ese buen gusto de forma muy natural”. Entonces, Penzini, convertida en lifestyle influencer, es figura de la contemporaneidad de ese buen gusto, relatora de lo actual, testigo de eso que no se pierde. “Yo trato de sacarle lo bueno al país. Yo sé que es una tragedia y que estamos viviendo momentos de desesperanza, de miedo, de incertidumbre, pero hay que buscar qué es lo bueno que se está haciendo, y eso es lo que yo me he trazado, esa es mi meta. Y no solamente en moda, en gastronomía, en hotelería, en arte, tantas cosas, todo lo que se haga bien hecho en Venezuela, ahí estoy yo para apoyar en mi programa de radio El Caleidoscopio de la emisora Éxitos, en las redes, en mis eventos  y de todas las maneras que encuentre”, se compromete. cita3La familia: Carlos y Emiliana

Titina está casada con el abogado Carlos Valedón con quien tiene una hija, Emiliana. Al hablar de ellos la emoción llega a su garganta. “Tenemos una unión increíble, estamos los tres para arriba y para abajo. Estos meses que hemos estado aquí en Nueva York nos hemos disfrutado mucho y nos hemos unido. Somos un equipo”. Su hija comenzará a estudiar en la Gran Manzana, allí donde la madre dio sus pinitos y ella se fue por unos meses a instalarla. La luminosidad de sus palabras contrasta con la voz entrecortada cuando habla de su padre, el recordado Pedro Penzini Fleury. Todavía cuando pienso en él siento un vacío, porque mi papá me llamaba todas las mañanas. Me decía ‘hola, conejo’, que era el sobrenombre que me tenía. Estaba pendiente hasta de lo mínimo, de su nieta y sus actividades, él era un apoyo demasiado  grande en mi vida en todo sentido, no solamente como papá, incluso como amigo”. Una pérdida indescriptible, devastadora, que aún genera lágrimas siete años después.

cita2“Mi papá me dejó muchísimo, creo que me parezco mucho a él porque tengo un sentido de la responsabilidad muy arraigado. Él era una persona que no podía llegar tarde a ninguna parte, que tenía que entregar todo a tiempo, escribió su columna Correr es vivir durante 30 años seguidos. Para mi la responsabilidad es lo más importante, y eso me lo enseñó mi papá”, cuenta la orgullosa hija del farmaceuta que hizo de la radio su patio de juegos, donde también le dejó saberes. “Hay que ser respetuoso con tu audiencia, con tus lectores, con tus colegas, con la gente que trabaja contigo. Ese rigor, esa disciplina, ese sentido del trabajo y de la satisfacción y el amor al trabajo, eso todo me lo enseñó mi papá”.

Sus eventos 100 % Chic Después de años de experiencia en Venezuela, Titina despega con sus eventos 100% Chic y busca conquistar Miami. Tierras en las que además, no dejará de sentir el calor de sus paisanos y se sentirá como en casa. “Me lo habían pedido tanto que era injusto no hacerlo. Se me dio la oportunidad y creo que ya es el momento apropiado. Yo empecé en el restaurante Lola con solamente ocho marcas y hasta el día de hoy, en cuatro años, hemos apalancado más de mil marcas a nivel nacional en un país con una economía como la nuestra. Hemos sido la vitrina para emprendedores de todo tipo, desde gente que hace jabones, gente que hace manteles, gente que hace hamacas, sillas, lo que se les ocurra ha pasado por ahí”, cuenta sobre las credenciales para exportar la iniciativa.

cita1100% Chic no son bazares. Su creadora los considera plataformas de desarrollo para marcas y diseñadores. “Pongo mi granito de arena con mis salones. Esa es mi forma de promover lo nuestro, lo que hacemos y muy bien. Me preparo para el 17 de diciembre es nuestro salón en Miami con la ayuda de Doble A Producciones, que son completamente impecables”.

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