"Papi Papi", con votos a pesar del mal recuerdo

Pocos reconocen en voz alta haber votado por José Vicente Rangel Ávalos en Petare, pero muchos los que aseguran que el exalcalde del municipio Sucre recuperará el feudo que la oposición le arrebató en 2008. Ana Orta, de 74 años de edad, está convencida.

–¿Quién va a ganar en Sucre?

–Ese muñeco que te está mirando–, dice señalando un afiche de Rangel Ávalos (conocido como “papi papi”), colgado junto a la Unidad Educativa Julio Calcaño, en el barrio El Carmen, de Petare.

Orta opina que el hijo del exvicepresidente José Vicente Rangel no fue un buen gobernante en los dos períodos que estuvo en el cargo, de 2000 a 2008, pero sabe que así el CLAP no le va a faltar. Luego suelta: “No hay que engañarse, con los adecos y los copeyanos se vivía bien. No había el hambre que hay hoy en día; pero todo es un chanchullo, un quítate tú pa’ ponerme yo. Todo al que le embadurnen la mano dice que está bien; y ahora hay que tener un padrino para poder estar bien”.

La mujer no reflexiona sobre la gravedad de sus palabras. Tampoco sobre la ilegalidad del “punto rojo” situado a escasos metros del lugar de votación. Allí se dirigían los votantes, carnet de la patria en ristre. Toldos omnipresentes durante la elección. Había uno junto a cada centro electoral, y en algunos casos, como en el de la Redoma de Petare podía ser más larga la cola para registrarse en ellos que la fila a las afueras de los colegios.

En la Plaza El Cristo aguardaba Yorkelis Cárdenas, residente en la zona seis de José Félix Ribas. Para ella, “es bueno lo del carnet, es beneficio”. En su caso ya recibió el bono navideño de 500 mil bolívares. “Para mí, gana José Vicente. Buen alcalde no fue, pero hay que darle oportunidad. No hizo las cosas como tenían que ser, pero ese no va a perder”, concluye.

Lucía Yemma explica esa confianza ciega en el triunfo del candidato del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV): “Desde que voté por Chávez la primera vez no he vuelto a votar por más nadie. Aunque falleció sigue arrastrando gente y nosotros somos leales”. Ofrece su testimonio sentada frente a la Unidad Educativa Rafael Napoleón Baute, aunque no vota allí, sino en la Casa de la Cultura Bárbaro Rivas, en la zona seis de José Félix. Calienta esa acera desde las 7:50 am. Votó “rapidito” y bajó del barrio a “firmar la asistencia” pues forma parte de la Misión Hogares de la Patria. “La cosa está bastante difícil, pero eso es a propósito”, afirma en alusión a la pregonada guerra económica. Yemma también opina que Ávalos no lo hizo bien por el municipio que aspira volver a gobernar. “Esperemos que esta vez sí cumpla y que gane, y que en 2018 mejore la situación porque uno sale a la calle y lo que dan son ganas de llorar”, dice.

Quienes se identifican con la oposición tampoco dan mucho por la candidatura de Enrique Mendoza –quien logró que Elías Santana de Avanzada Progresista y Rosiris Toro de Un Nuevo Tiempo declinaran a su favor. “Mi primer empleo fue con Mendoza cuando él era presidente del Concejo Municipal. Fue excelente en todos los cargos que ocupó. Siempre trabajó para la gente pobre. Pero yo sé que va a ganar Ávalos, aunque haya negociado con los malandros de la Cota 905 –cuando promovió las “zonas de paz” siendo viceministro de Interior–, porque la gente es sinvergüenza y lo que le gusta es que le estén regalando 500 mil bolívares mensuales, y las mujeres parir y parir por tres lochas”, reprocha Maryorie Pérez, residente de El Cerrito. Admite que fue a votar para complacer a su mamá, que es fanática del candidato copeyano: “Igual sé que en la noche va a salir Tibisay (Lucena) a decir que todo el mapa de Venezuela es rojito”.

A diferencia de su contrincante del PSUV, quienes recuerdan la gestión de quien también fue gobernador de Miranda, tienen una opinión positiva del primer alcalde por elección popular que tuvo Sucre. Antonio García, de Caucagüita, rememora: “Me acuerdo que puso un autobús para llevar a los estudiantes de Caucagüita, La Dolorita, la carretera vieja Petare-Guarenas hasta La Urbina. Yo trabajaba en una mueblería y me acuerdo de él los fines de semana en una patrulla recorriendo el municipio con su gorrita para atrás”. Sin embargo, también le gana la desesperanza: “Quién puede contra la maquinaria chavista, el carnet de la patria, el bono de 500 mil bolívares y que les controlen el voto”.

Sin embargo, los resultados de las elecciones regionales del 15 de octubre estarían a favor de Mendoza. En el municipio Sucre, Carlos Ocariz le ganó a Héctor Rodríguez por la Gobernación de Miranda, aunque por un margen estrecho: 127.994 votos (49,42%) contra 126.444 sufragios a favor (48,82%) del psuvista, quien terminó adjudicado como gobernador.

Yolanda Mijares alza la voz para disentir: “A Rangel Ávalos no lo quieren ni los chavistas, hizo una mala gestión” y confía en que gane Mendoza. En cambio, Biogladys Rojas, a cargo de uno de los “puntos rojos” alaba a Rangel Ávalos y denigra de Mendoza. Al primero le atribuye ser el creador de las misiones como el Plan Mosquito, que otorgaba materiales de construcción; el Plan Hormiga, para la reparación de escaleras; el Plan Cocuy para el alumbrado; y otro plan para la entrega de enseres. A Mendoza, en cambio, lo acusa de golpista por su participación en los eventos de abril de 2002, cuando llamó a sacar del aire a Venezolana de Televisión; y de cobrar matrícula en las escuelas municipales.

Qué esperan del ganador

El rostro del viceministro de Asuntos para la Paz aparece sonriente desde donde se mire en Petare. Sus pendones se mantienen arriba en los postes, como la basura se acumula en la parte baja.

La perspectiva general de los vecinos del municipio es que la gente sí ha participado en los comicios, pero “graneadita”. Gane uno u otro coinciden en que sus prioridades son que recojan los desechos, bajar los índices de seguridad, tapar los huecos en las vías y atender el hambre, aunque eso no forme parte de las competencias de la gestión municipal. En eso sí están de acuerdo los 486.151 electores del municipio.