Política

Maduro, las caras del dictador

Cada vez que el Ejecutivo abre la boca los dicterios y amenazas hormiguean. Fiel a no cuidar su verbo, aun sabiendo que el pez muere por la boca, construye frases que cualquier experto del discurso tildaría de antidemocráticas

Fotografía: AP
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¡Fuera del aire!

El 12 de febrero de 2014 se inició un ciclo de protestas en Venezuela en contra de la gestión gubernamental del presidente Nicolás Maduro. Ese día murieron tres manifestantes —Bassil Da Costa (24), Juan Montoya (40) y Roberto Redman (31)— todos recibieron disparos en la cabeza. Las redes sociales daban atisbos de los sucesos, pero la cobertura de los medios de comunicación nacionales era escueta. El canal de noticias colombiano NTN24, que cubría la protesta, fue sacado del aire en el sistema de televisión paga por cable por orden del Ejecutivo. Maduro comentó al respecto que el canal  “pretendía en cablera venezolanas transmitir la zozobra de un golpe de Estado como el 11 de abril ¡Fuera del aire NTN24! Fue una decisión de Estado para que lo sepan”. Basado en su juicio decidió clausurar la sintonía por pensar que el contenido de unas manifestaciones en tiempo real ponía en jaque su posición en el poder. Enfatizó que “nadie va a venir desde el exterior a tratar de perturbar el clima psicológico de Venezuela”.

Maduro, camarada de Stalin

Durante la inauguración de la Feria Internacional del Libro (Filven) el 12 de marzo de 2015, el presidente Nicolás Maduro hizo acto de presencia y en trasmisión de cadena nacional visitó los stands participantes de la 11va edición. En su recorrido por los stands, el libro Stalin: Historia y crítica de una leyenda negra llamó su atención y el mandatario expresó con jocosidad que había similitud física entre ambos por el estilo del bigote. Calificó al dictador soviético como su “camarada”.

“Me llamarán dictador”

El 14 de abril de 2015 en la transmisión del programa En contacto con Maduro, desafiaba a los empresarios del país acentuando que debía acabarse el “sabotaje económico” que según él era provocado por el gremio. Durante la alocución enfatizó que “el que no quiera respetar, después no se vaya a declarar perseguido político. Así de sencillo” y añadió “Voy con todo. Me acusarán de dictador ustedes oligarcas. No me importa”.

No es la primera vez que demuestra desinterés por la opinión pública. El primero de diciembre de 2015, durante otra transmisión del programa, el presidente comentaba la detención del gerente de los supermercados Plaza’s. Su justificación a la detención arbitraria fue por un acto caprichoso de observación, sin presentar investigaciones legales previas. Contó que ordenó su aprehensión luego de ver una cola de personas a las afueras del establecimiento de la avenida intercomunal de Guarenas – Guatire, el cual estaba cerrado, y añadió que por esa decisión “donde yo vea cosas así, me llamarán dictador, pero voy a imponer la ley”.

Desconocimiento de la Asamblea Nacional

El 29 de octubre de 2015 —meses antes de las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre— el presidente Nicolás Maduro declaró en cadena nacional que los resultados serían respetados con vehemencia. “Nosotros reconoceremos todos los boletines emitidos por el CNE como palabra sagrada”, fueron sus palabras exactas. Minutos más tarde manifestó que en el caso “hipotético negado” de que triunfara la oposición, no cedería ante ella. “Si se diera ese caso, negado y trasmutado, Venezuela entraría en una de las más turbias y conmovedoras etapas de su vida política. Y nosotros defenderíamos la revolución, no entregaríamos la revolución y la revolución pasaría a una nueva etapa. Quien tenga oídos, que entienda. Quien tenga ojos, que vea claro la historia. La revolución no va a ser entregada jamás”, comentó.

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La oposición obtuvo mayoría parlamentaria y se encuentra en el Palacio Federal Legislativo. Su victoria electoral fue “reconocida”, mas no aceptada. Su poder de acción es reducido ante las reiteradas limitaciones dictadas por el Tribunal Supremo de Justicia. En la sentencia N°9 emitida por la autoridad jurídica el primero de marzo de 2016 algunas de las restricciones impuestas a la AN fueron limitar su control solo al Ejecutivo nacional, excluyendo a los demás poderes. Los jueces y funcionarios judiciales están exentos de ser interpelados o investigados por sus decisiones, a menos que estén involucrados en un delito de fraude. También son considerados nulos los actos del Parlamento que pretendan revisar los procesos de elección de los magistrados del TSJ. Esas medidas son solo algunas de las desautorizaciones que han coartado las funciones del poder legislativo, al que además le declaran “inconstitucionales” la mayoría de sus propuestas.

Amenazas contra la población

El 17 de noviembre de 2015, Maduro en cadena nacional amenazó a la oposición política si llegaba a triunfar electoralmente en los comicios del 6 de diciembre. Advertía que el oficialismo debía ganar la mayoría del Parlamento. “Pónganse a rezar desde ya para que haya paz y tranquilidad”, comentó, “porque si no, nos vamos para las calles y en las calles nosotros somos candela con burundanga”.

Luego de las elecciones y la derrota para el partido oficialista, el presidente “aceptó” los resultados, pero no de buena manera. En una alocución televisada se dirigió a los votantes para decirles que “Ustedes votaron contra ustedes mismos”. “Yo quería construir 500 mil viviendas el próximo año. Ahorita lo estoy dudando. No porque no pueda construirlas, porque puedo construirlas. Pero te pedí tu apoyo y no me lo diste”, sentenció.

 Días contados para la AN

El 18 de mayo de 2016, Maduro hizo mención a la discusión del Decreto de Emergencia Económica y Estado de Excepción el cual no es apoyado por el Parlamento compuesto por una mayoría de representantes opositores. En torno a la discrepancia declaró que “la Asamblea Nacional de Venezuela perdió vigencia política. Es cuestión de tiempo para que desaparezca, así lo creo. Está desconectado de los intereses nacionales”.

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