Sociedad

Ser transexual en la Venezuela del caos revolucionario

Un anhelo imposible. La transexualidad en un país condenado al atraso cultural, económico, tecnológico, político y social, no es más que una lucha constante para quienes desean expresar su verdadera identidad de género

Fotos en el texto: Betania Ibarra
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En Venezuela ser transexual se traduce a vivir en una perpetua frustración. Además de residir bajo una legislación que no reconoce sus derechos, la reasignación de sexo es cada vez más remota. No solo es un proceso largo, complicado y delicado, sino también costoso.

Desde la niñez, algunos sueñan en convertirse en abogados, otros con llevar puesto un uniforme de médico, de chef o de piloto comercial. La ilusión de María Alejandra Olivares siempre fue un poco más compleja; vestir un smoking, lucir un cuerpo robusto, delinear el vello facial, superar una mastectomía y gozar de genitales masculinos.

“¿Soy hombre o mujer?”, una interrogante sencilla para la mayoría atormentó la adolescencia de María Alejandra. La búsqueda de su identidad significó un momento de oscuridad e incertidumbre en su vida. Si bien nació con genitales femeninos, a medida de que fue creciendo sabía que algo andaba mal, no solo por su atracción romántica por las chicas, sino también porque no existía una identificación con su sexo biológico como mujer.

Transexualidad-cita66Después de luchar contra una depresión por casi una década, hace un par de años logró comprender lo que le estaba sucediendo. “Conocí a una persona que estaba pasando por el mismo problema que yo y gracias a la globalización, entendí”, asegura.

Esa sensación de pertenecer a otro género se da por una variación en la fase de expresión del ser humano, que según Fernando Bianco, sexólogo y psiquiatra, define a un transgénero, y es totalmente normal. Sin embargo, la situación de María Alejandra va más allá. De acuerdo con la psicóloga Hisvet Fernández, una vez que una persona presenta un deseo o tendencia natural por querer modificar su cuerpo, incluyendo sus genitales, para sentir un equilibrio entre su género y sexo biológico se denomina como transexual.

A pesar de que la Organización Mundial de Salud dejó de considerar la transexualidad como un trastorno mental en su último informe de Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas de Salud Conexos (CIE-11), la represión de su expresión como identidad de género puede llevar al paciente a sufrir ansiedad, depresión, aislamiento y hasta caer en prostitución, entre otras consecuencias, como lo explica Fernández.

Transexualidad-cita55Ahora María Alejandra es Miguel Alejandro, un hombre transexual de 23 años, estancado en una realidad que no le permite cumplir con su fantasía: lograr armonizar por completo su físico. Además de enfrentarse diariamente a personas que lo catalogan como un “monstruo”, a una familia que se niega a tocar el tema de su transexualidad y a una batalla interna por quererse más a sí mismo, sobrevive en un país que atraviesa una depresión económica hiperinflacionaria. Con un salario mínimo de 40.000 bolívares, o unos 6 dólares al cambio oficial, le resulta difícil iniciar el proceso de transición para la reasignación de género.

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“Llega un momento en que te frustras tanto que atentas contra tu vida. Me ha pasado y ha sido terrible. Es horrible no poder cumplir este sueño en donde ni siquiera me puedo hacer los exámenes más básicos, como lo es un perfil 20”, indica Miguel Alejandro.

En su gran esfuerzo por salir de un cuadro depresivo y con ayuda de algunos amigos ha podido acudir a psicólogos, uno de los primeros pasos durante este largo proceso. No obstante, en este punto su camino se ve obstaculizado, ya que según sus indagaciones el costo de una consulta con un ginecólogo o endocrinólogo ronda entre los Bs 50.000 a Bs 100.000, un monto casi imposible de alcanzar para él.

Transexualidad-cita44Aunque organizaciones no gubernamentales como Plafam ofrecen servicios ginecológicos, urológicos y de orientación integral a un costo más asequible, la migración de médicos especializados impide dar mayores referencias a sus pacientes. “Pronto haremos alianzas con centros de atención para poder remitir a los interesados con especialistas”, afirma Nelmary Díaz, gerente de proyectos de Plafam. Aun así, según Bianco, acudir directamente a estos quizás no sea el mejor comienzo.

El sexólogo es la pieza clave para materializar una reasignación de género exitosa. “La transexualidad compete a la sexología y solo un experto en ella es quien debe coordinar el caso, indicar qué procesos se llevarán a cabo y con cuáles especialistas se trabajará. Muchas veces la desesperación por tener resultados inmediatos y el afán de querer hacer el procedimiento sin un equipo de médicos trae consecuencias y termina siendo más costoso”, enfatiza Bianco.

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Psicólogo, psiquiatra, endocrinólogo, urólogo o ginecólogo, los gastos previos al tratamiento hormonal no se detienen allí. Un perfil 20, un perfil hormonal, un perfil lipídico, ecografías, encefalograma, test psicológico y cualquier estudio pertinente que requiera el paciente debe ir en el presupuesto para una reasignación de sexo. Aprobada la estabilidad psicológica y física de la persona, se procede a una fase cuesta arriba para el transexual venezolano, la reasignación hormonal. Estas terapias de masculinización y feminización no escapan de la crisis.

Transexualidad-cita33Atrapado en un cuerpo de mujer, Eliot Gamboa un joven transexual bisexual de 26 años no tuvo otra opción que emigrar a Perú en septiembre de 2018. Para él, iniciar un tratamiento hormonal en Venezuela resultaba inalcanzable, tanto por los costos como por la disponibilidad de la testosterona.

“No tenía contactos ni nadie quien me ayudara con ello, así que aproveche y me fui con el propósito de cumplir varias metas, entre ellas mi cambio de género”. Actualmente, Eliot está a un eco abdominal de empezar su tratamiento hormonal de masculinización. “La hormonas acá son accesibles y lo más importante, sí se pueden conseguir”, señala.

Por su parte, Richelle Briceño mujer transexual heterosexual de 36 años, a pesar de trabajar duro como abogada, recibe ayuda de familiares en el exterior para importar sus hormonas y bloqueador de testosterona desde Colombia, con un costo de diez y cuatro dólares, respectivamente. Con cinco años de transición asegura que iniciar el proceso de reasignación sexual y no poder mantenerlo genera incluso más frustración.

Pese a no tener ningún diagnóstico, Miguel Alejandro ha sabido llevar su situación. Por más desesperado que esté prefiere evaluar sus oportunidades con calma y enfocar sus energías en tranquilizar sus ansias. “Aunque no me guste, es mi cuerpo, es mi vida y no puedo jugar con ello. He visto como algunos conocidos han presentado problemas en los riñones y alergias por tratarse con cualquiera”, señala. Como Eliot, Miguel Alejandro tiene varios amigos trans venezolanos que no han tenido más remedio que emigrar para continuar su proceso de reasignación de género.

Transexualidad-cita22Tomar hormonas implicaría volver a la adolescencia. Acné, voz grave, cambios de humor, crecimiento de vello facial, entre otros efectos. En el caso de las mujeres transexuales entre los cambios se aprecia el desarrollo de mamas y una piel suave.

Incluso, si Miguel Alejandro inicia su proceso hormonal, una mastectomía cuesta entre 1.500 y 2.000 dólares, y el precio va a variar dependiendo de su tejido mamario. Sin mencionar la reconstrucción genital que tiene un costo aproximado entre 50.000 y 100.000 dólares. “El costo de esta cirugía depende del tipo de operación que vas a hacer. No es lo mismo hacer una vagina con partes del pene o de un asa intestinal. O hacer un pene del colgado del abdomen a uno del antebrazo que se trasplanta a la zona púbica. Evidentemente es un proceso costoso, sobre todo si se realiza en una institución privada”, explica Bianco.

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Luego de iniciar su tratamiento hormonal, Eliot podrá optar por una mastectomía en unos años, y más adelante por una reconstrucción genital. Mientras tanto utiliza un blinder para ocultar sus pechos y expresa su género a través de su guardarropa. A diferencia de Miguel Alejandro, quien no ve otra opción más que emitir una sonrisa simpática cada vez que alguien lo llama María Alejandra o “ella”, la identidad como chico transexual para Gamboa lo es todo. Desde que se hace llamar Eliot su vida cambió para mejor, los ataques de ansiedad y pensamientos negativos disminuyeron gradualmente. “Mi nombre verdadero está arraigado a algo que no soy y me evoca muy malas emociones”, reafirma Eliot.

Transexualidad-cita11El último paso para la reasignación de género es el cambio legal de los documentos públicos de identidad. La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en su artículo 20, 21 y 56 garantiza el derecho al libre desenvolvimiento de la personalidad de todos los ciudadanos, su igualdad ante la ley y no discriminación, y a obtener un documento público que compruebe su identidad.

Extender estos derechos a la comunidad transexual ha resultado una “odisea”, según el abogado José Manuel Simons, abogado, activista LGBT y director jurídico de la ONG Venezuela Igualitaria. En este sentido, un transexual que haya cumplido con todo el proceso de reasignación de sexo en Venezuela se verá impedido a ser reconocido con su verdadera identidad por el Estado.

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