Crónicas de Alberto Veloz

Caracas y Venezuela, dos advocaciones marianas en el olvido

Nuestra Señora de Venezuela y Nuestra Señora de Caracas fueron dos advocaciones de la Virgen María, veneradas en el siglo XVIII que ahora pocos conocen

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Existieron dos advocaciones de la Virgen María, con los nombres de Nuestra Señora de Venezuela y Nuestra Señora de Caracas, que pocas personas conocen porque fueron muy limitadas en el tiempo, en su ámbito de veneración, por lo que al transcurrir de los años la feligresía las olvidó.

Estas advocaciones han sido objeto de investigación y análisis solo por historiadores y estudiosos del arte religioso colonial. Por lo tanto, la gran mayoría de la población no las conoce ya que las representaciones existentes de esas imágenes son escasas.

Nuestra Señora de Venezuela

Un terrible terremoto azotó a Caracas el 21 de octubre de 1766 pero no hubo víctimas que lamentar, por lo que se cuenta que la población se fue a las iglesias, no para refugiarse, sino para rezar y agradecer que el movimiento sísmico, a pesar de su intensidad, no dejó graves daños, solo algunas casas agrietadas y un gran susto entre los pobladores.

Se suscitaron otras circunstancias de fervor religioso como, por ejemplo, el hecho que la imagen de la Virgen de Las Mercedes la habían sacado en procesión, de su templo de La Merced, varios días antes del terremoto y quedó en custodia en la Catedral de Caracas. Esto fue interpretado como una acción de misericordia por parte de la Virgen.

El historiador Carlos F. Duarte en su libro “Juan Pedro López, Maestro de pintor, escultor y dorador 1724-1787” señala que debido a ese terremoto el Obispo de Caracas, Diego Antonio Diez Madroñero, escribió una carta dirigida al pueblo donde señala la creación del título de Nuestra Señora de Venezuela. Por lo tanto, ordenó que se pintase una imagen con ese nombre para luego ser sacada en procesión.

El cuadro, catalogado como anónimo porque no se sabe con certeza su autor, fue encomendado por el obispo Diez Madroñero y debió ser de gran tamaño. Como se ordenó que lo hiciese el mejor pintor de la época, se podría suponer que fue obra de Juan Pedro López.

Lo único que queda de esa representación es un grabado de esos años de pequeñas dimensiones: 15.7 x 10.6 ctms. con una identificación que dice: N.S. de Benezuela (s.i.c.). Actualmente pertenece a la Colección Banco Mercantil.

Nuestra Señora de Venezuela. Anónimo Siglo XVIII

El grabado está registrado en el catálogo razonado de la exposición El noble arte de la pintura, Venezuela 1700–1810, realizada en la Hacienda La Vega en el año 2000 bajo la curaduría de Tahía Rivero y José Manuel Hernández, con motivo de los 75 años de esa institución bancaria.

La pieza representa a Nuestra Señora de Venezuela y aparece la Virgen Niña tomando lecciones de su madre Santa Ana y, junto a ellas, en actitud de adoración, San Felipe Neri y San Carlos Borromeo.

Detalles de ángeles en el óleo Nuestra Señora de Caracas. Escuela de los Landaeta, Siglo XVIII

Indulgencias para los creyentes

El catálogo razonado de la exposición El noble arte de la pintura, Venezuela 1700 – 1810, señala la inscripción en el reverso del grabado: “Na.Sa. de Benezuela. El Iltrmo. Sr. D. Diego Antonio Diez Madroñero Obispo de Caracas y Venezuela concede 40 días de indulgencia al que rezare una Ave María a Nuestra Señora, y 40 por un Padre Nuestro y Ave María a Santa Ana, San Carlos Borromeo y San Phelipe Neri. El Excelentísimo Sr. Cardenal de Toledo 180. El Excelentísimo Sr. Cardenal… No se ha podido leer más de lo escrito al pie del grabado antes de limpiarlo de barnices” (s.i.c.).

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Catálogo de la exposición El noble arte de la pintura. Venezuela 1700 – 1810 Colección Banco Mercantil

Esta etiqueta manuscrita por Don Carlos Manuel Möller, transcribe parcialmente los textos contenidos en la parte inferior del grabado.

Es importante señalar que ese grabado con la única imagen de Nuestra Señora de Venezuela perteneció a la antigua colección de Carlos Manuel Möller. Luego pasó a la colección de Arnold Zingg y como se comentó, actualmente pertenece a la Colección Banco Mercantil.

Nuestra Señora de Caracas

Otra advocación mariana desaparecida de la veneración de los creyentes es la de Nuestra Señora de Caracas, de la cual se conservan tres cuadros.

Uno de los óleos de Nuestra Señora de Caracas perteneció a la colección de Arístides Rojas. Luego pasó a formar parte de la antigua colección de Catalina Pietri Paúl de Boulton. Actualmente está en la Fundación John Boulton.

Este cuadro es un óleo sobre tela encolada a tabla de la Escuela de los Landaeta, de 73 x 53,3 ctms., pintado alrededor de 1775, donde se ve a Nuestra Señora de Caracas sin corte de santos patronos, como en otras versiones, pero con un simbolismo de mayor fuerza porque la Virgen María está en compañía del Padre Eterno y, a un lado, una escalera que conduce al cielo. Muchos rostros de angelitos entre nubes rodean a las figuras centrales.

Nuestra Señora de Caracas. Escuela de los Landaeta, Siglo XVIII
Nuestra Señora de Caracas. Escuela de los Landaeta, Siglo XVIII

El historiador y diplomático, Abraham Quintero Prieto, fallecido hace unos años, en el análisis de esta pintura señala: “En la cinta que pende de la cruz de seis brazos se lee Consolatrix caracensis. No aparece el escudo de Caracas, pero la ciudad se aprecia de norte a sur, sin mucha nitidez en la representación de la edificaciones podemos ver al centro la Catedral; hacia el fondo una torre que corresponde a la Ermita de San Pablo; a la extrema derecha el cerro El Calvario con su capilla. En primer plano la Iglesia de Altagracia, y entre ésta y la torre de la catedral, se ve la de San Mauricio. Hacia la izquierda está la torre de la Iglesia de la Candelaria.”

En el catálogo razonado de la exposición El noble arte de la pintura, Venezuela 1700 – 1810 el curador José Manuel Hernández ofrece el siguiente tratamiento sobre la iconografía de Nuestra Señora de Caracas:

“Durante la gestión del Obispo de Venezuela Don Diego Antonio Diez Madroñero (1757 – 1769) y por disposición de los Ayuntamientos Civil y Eclesiástico, se intituló a Caracas: Ciudad Mariana de Santiago de León de Caracas. Posteriormente surgió la imagen privativa de Nuestra Señora de Caracas, donde aparece en la parte inferior del cuadro un aspecto de la ciudad, centrado en la Plaza Mayor y la torre de la Catedral.”

Una versión con muchos santos

En la colección Crónicas de Caracas, publicadas por el Ayuntamiento capitalino en diciembre de 1951 está la descripción del óleo sobre tabla pintado por un artista anónimo en el año de 1766, para concurrir al certamen abierto, propuesto por el Obispo de Venezuela, Diego Antonio Diez Madroñero.

La autoridad del Obispo había reunido a un numeroso grupo de devotos y personalidades allegadas a la iglesia para solicitarles ideas de cómo debería ser la advocación de la Virgen Santísima derivada del patronazgo concedido por Carlos III a la ciudad de Caracas.

En el óleo que está en la Municipalidad de Caracas aparece centrada como reina la Virgen María coronada por dos ángeles, entre Santiago el Mayor, patrono de la ciudad; la señora de Santa Ana, su madre y titular de la Catedral; Santa Rosa de Lima, Patrona y titular de la Universidad Real y Pontificia, y Santa Rosalía, abogada de las pestes por haber salvado de ella a la capital en 1696.

Nuestra Señora de Caracas. Anónimo Siglo XVIII

Para representar a la antigua ciudad, en medio de los ángeles aparece un querubín que muestra a la Reina de los Cielos el escudo de armas concedido por Felipe II a la Caracas de 1591. Consiste en una venera que sostiene un león rampante coronado, en la cual figura la cruz de Santiago.

Esta imagen fue la favorecida por el voto del Obispo Diez Madroñero y del Cabildo y permaneció siendo centro del culto de los creyentes en la esquina de la Catedral hasta 1876.

Abraham Quintero Prieto, en su página “Lecturas, yantares y otros placeres” acerca del destino de estas representaciones de Nuestra Señora de Caracas y la pérdida de la devoción por parte de la feligresía, señala: “Luego del fallecimiento del Obispo Diego Diez Madroñero (1769), la devoción por Nuestra Señora de Caracas se fue debilitando. Su sucesor, Mariano Martí, trató de revivirla sin ningún éxito, y poco a poco se fue desvaneciendo. Los cuadros permanecieron en donde habían sido colocados hasta la persecución religiosa desatada por Antonio Guzmán Blanco”.

Como apunta Arístides Rojas, la imagen que estaba expuesta en la esquina de la Metropolitana (esquina de La Torre) pasó al Museo Nacional y hoy puede ser admirada en la Galería de Arte Nacional, en la Av. México.

“Hay otra que perteneció al Ayuntamiento. Esa aún existe -apunta Abraham Quintero- pero, luego de siglos de abandono y descuido, permaneció roída de alimañas hasta que en 1953 fue repintada burdamente, al gusto de las autoridades de la época, que no apreciaban el arte colonial. Hoy se puede ver en el Concejo del Municipio Libertador, esquina de Las Monjas en el centro histórico de la ciudad”.

En los tiempos que corren se necesitará revivir estas advocaciones marianas de las llamadas vírgenes de Venezuela y de Caracas para implorar por tantas necesidades que aquejan a la ciudadanía.

Bibliografía

Crónica de Caracas. Vol-II / 8- 11 Ediciones de la Municipalidad de Caracas, agosto – diciembre 1951

El noble arte de la pintura. Venezuela 1700 – 1810. Catálogo razonado de la exposición homónima con motivo del 75 aniversario del Banco Mercantil. Hacienda La Vega, Caracas, abril – junio 2000

Carlos F. Duarte. Juan Pedro López. Maestro de pintor, escultor y dorador 1724 – 1787. Galería de Arte Nacional. Fundación Polar. Editorial Arte, Caracas 1996

Fotos

Crónicas de Caracas. Ediciones Municipalidad de Caracas, 1951

El noble arte de la pintura. Venezuela 1700 – 1810. Catálogo razonado. Colección Banco Mercantil, Caracas, 2000

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