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Australia y sus contradicciones: Djokovic puede jugar, pero Voracova no

Aunque su caso es similar al de Novak Djokovic, a la tenista checa no se le permitió la entrada al país por lo que, molesta, exigirá una compensación financiera

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Australia voracova
AFP

La tenista checa Renata Voracova anunció este martes 10 de enero que pedirá una compensación financiera a la Federación Australiana (TA), tras haber sido expulsada del país a pesar de tener un caso similar al de Novak Djokovic, a quien sí se le permitió entrar.

Voracova y Djokovic, no vacunados contra el Covid-19, habían obtenido en un primer momento una derogación a las reglas sanitarias en vigor en Australia para luchar contra la propagación del virus. Luego, ambos fueron aislados en el mismo hotel para refugiados.

Voracova había entrado en Australia e incluso jugó un partido pero las autoridades la sacaron del torneo alegando que su exención médica incumplía las condiciones.

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Renata Voracova en el centro de refugiados en la que la obligaron a estar varios días. Foto CON CHRONIS / AFP

Después, la metieron dentro del mismo centro de retención que Djokovic, en Melbourne. Finalmente fue liberada con la obligación de volver a su país, República Checa. A Vorocova le anularon el visado,  mientras que al serbio sí se le permitió entrar.

La indemnización

Jugadora de dobles, Voracova indicó que su petición financiera «no será pequeña». «Solo el billete de avión me costó 60.000 coronas checas (2.460 euros, 2.787 dólares) y mi entrenador viajó conmigo», reveló la 82ª jugadora mundial.

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Voracova en un partido anterior. Foto MIGUEL MEDINA / AFP

«Y después están los hoteles pagados, los entrenamientos para el Open de Australia, y la potencial recompensa económica», explicó la tenista.

«Espero que la Federación Australiana de Tenis aceptará y que no tendremos necesidad de iniciar un proceso legal», añadió la jugadora de 38 años.

«No pienso en el tenis. Estoy asombrada. No lo he digerido todavía. Estoy agotada», señaló Voracova, antes de confesar que no quiere recordar lo que pasó en Melbourne.

«No habría siquiera imaginado esto en mi peor pesadilla. Era demasiado. Era como mirar un filme. Sufrí un largo interrogatorio con órdenes como desnúdese, vístase… No quiero para nada pensar en ello. Y mucho menos revivirlo».

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